30 de mayo de 2010

Escrito 16: El amor es una emergencia. Serie: Los Huevos del Perro y una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.



Escrito 16: El amor es una emergencia.

Serie: Los Huevos del Perro y una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.


“El poeta como el pescador, debe nacer poeta”. Frase sencilla que lleva cabalgando en mi mente días enteros, persiguiéndome a trote lento desde que la leí en la pared de un restaurante de mariscos en días pasados.

Llegué a un restaurante de mariscos con dos objetivos, el primero sin duda saciar mi hambre y el segundo saciar mi sed. Lo que no vi venir, es que un tercer asunto iba a quedarse sin saciar: ¿Por qué nosotros los poetas, no podemos dejar de pescar historias?

A o largo de muchos años he luchado en contra de mi naturaleza de escritora, de poeta, de contadora de historias, no importa a dónde me dirija o qué tan lejos me aleje de mi misma, la vida siempre me regresa a ese lugar muy dentro del alma, a ese lugar que estoy segura que el amor y el dolor duermen dentro del pecho, para sentir eso que detiene mi rumbo y me dice que no abandone mi pluma, que no abandone las historias, no aprisione en mi mente la vida de los personajes, sino que los deje salir.

El amor, el dolor y el lugar donde cobran vida las historias me provocan emergencias, ¿cómo argumentas en contra del amor, del dolor y de eso que da vida a la creación? No puedes ir en contra del amor, mucho menos del dolor y es imposible ir en contra de tu naturaleza. 

Lucho siempre por ir en contra y eso que habita dentro de mi, ese amor, ese dolor y esa necesidad de escribir regresan siempre.

“El poeta como el pescador, debe nacer poeta”, yo nací poeta, con voluntades incontrolables de buscar historias, escribirlas en mi mente segundo a segundo, porque para mi, el amor es una emergencia, la emergencia que me pide regresar siempre al lugar donde esta el amor, a ese lugar que me trae recuerdos, que a veces me llena de dolor, pues me muestra lo que hace morir las cosas y cuya consecuencia es dar vida a las historias.
Porque el pescador, como el poeta, debe pensar en lo que comienza, en lo que termina, ¿cómo comienza lo que termina? y ¿por qué, siempre, por sobre todas las cosas, el amor es una emergencia?

2 comentarios:

Juan Gregorio dijo...

El amor no es racional, el amor no es previsible, el amor solo es agradable en contadas ocasiones. Sufrir por el amor es amar y amar es conseguir que dos corazones latan juntos. Para mí no es una emergencia el amor, sino como un aire que llena nuestra atmósfera emocional, si no lo respiramos morimos sentimentalmente.

Alfredo Flores Niño dijo...

"A lo largo de muchos años he luchado en contra de mi naturaleza de escritora, de poeta, de contadora de historias..." Pues bien, Ana Laura, dando por sentadas tu muy personal declaración de principios –así la quiero entender– y la deliciosa referencia a la sabiduría popular sobre el poeta y el pescador (vox pópuli...), de tu texto a mí se me quedó la frase entrecomillada con que abro este comentario... Pese a haber leído tu escrito de manera continua más de una vez (con la pretensión de "morder otro anzuelo" –al fin yo pez atrapado por tu prosa–), no fue así; antes al contrario, la frase en cuestión incluso se magnificó, al extremo de impulsarme a escribir este comentario... Dime, por favor, ¿qué te ha llevado, a lo largo de los años, a luchar contra tu naturaleza literaria? La intensidad –así yo lo percibo– con que externas y mantienes flotando dicha confesión a lo largo de tu texto, a mí me exige, de manera imperiosa, una aclaración (literaria, por supuesto)... En otras palabras, para mí es ahí –en el germen de esa manifiesta lucha tuya– donde radica el quid que habrá de desvanecer ese aire de “lugar común” que para mí tiene tal expresión, confiriéndole, a la par, sustancia, alma y particular sentido; convirtiéndola, pues, en más original y poderosa revelación literaria... Siempre he sostenido que "la confesión en literatura, obliga". Con respeto e interés sinceros, y agradeciendo desde ya tu amable atención y el que me hayas invitado, con tus palabras escritas, a la reflexión. Alfredo (@alfloresnino) PD: Apenas sé de tu libro ¡Felicidades! Espero pronto poder leerlo.