25 de marzo de 2010

Rafael Tonatiuh: "Ana Laura, coterránea de Veracruz, es idéntica a Barbarella"

Columna de Rafael Tonatiuh en Milenio, donde me hace referencia. ¡Gracias! 
http://impreso.milenio.com/node/8739343



Rosaura ya es otra.


“¡Perdón, creí que era la reina!”. El bufón, tras patearle las nalgas al rey.


Ana Laura Martínez Pereyra, amiga y compañera periodista de Web News, tuvo a bien invitarme a la presentación de un e-book sobre las 10 líderes de opinión más trendy de México (lista que incluyen a buenas amigas y colegas como Maria de las Heras, Fernanda de la Torre y Yuriria Sierra).

Ana Laura, coterránea de Veracruz, quien ahorita chambea en Plaza Network, es idéntica a Barbarella, o al menos así la vi yo en el bar Black Horse, la noche de la premiación del concurso de cuentos #TwitterasProstitutas (del blog SexxxoSentido, que regentean@BrujaMota y @Amerikapa).

18 de marzo, ocho de la noche, en el mezanine de un restaurante de la Condesa, decía la invitación. Me relamí los bigotes: en esos coquetones restaurantitos de la Condechi te dan sushi en flor de cempazúchitl, además de vino de honor (con la posibilidad de llevarme una copa de vidrio a mi casa), y la oportunidad de charlar con las poéticas amistades de @Rociotero y @EseMendiola.

Quizá la hora pertinente para zarpar hubiera sido a las siete y media (sobre todo, tomando en cuenta de que de ahí luego brincaba hacia la Noche W, por el 96.9FM, para apoyar en la segunda hora a La voz misteriosa, Fedro Carlos Guillén en su sección de cine y luego grabar unas cápsulas del Profesor Sabelotona), pero salí de mi casa a las osho y cashito (fantaseando con mi sushito).



Me bajé del taxi y crucé la avenida Juan Escutia, pues los pares estaban del otro lado, y a web: Ahí estaban los pares, pero no los bares. ¡No había nada de restaurantito con mezanine ni barra libre! Era una casona vieja; me asomé por la ventana y vi unos ancianos sentados en la cocina. Por si las moscas toqué el timbre para preguntar, pero el viejo sólo gritó: “¡Rosaura ya es otra! ¡Rosaura nada tiene que ver con ustedes! ¡Dejen a Rosaura en paz!”

Me alejé de ahí, sin aclarar que yo no buscaba a ninguna Rosaura, sino a Ana Laura (también conocida como Barbarellaura), pero supuse que el rucailo se enfurecería más, sin creerme.



Eché a andar hasta que me topé frente al bar Pata Negra. Miré mi reloj: de manera prudente, podría quedarme media hora (o a más tardar tres cuartos de hora), antes de la Noche W. #Absentatime vs. Abstinencia.

En vez del sushi, me eché unas tapas de cochi, para tener derecho a mesa. Mientras resbalaba el licor de ajenjo por mi garganta, una idea perversa se dibujó en mi mente: “¿Y si el pendejo de mí era yo? ¿Y si me había equivocado de Niño Héroe, y en vez de Juan Escutia, la dirección fuera Juan de la Barrera? Porque en la Roma estaba La Victoria, que había regenteado Juan Escutia “el niño héroe”.

Mi acto fallido nada tiene que ver con subterfugios psicoanalíticos gachos (suponiendo que psico-Ana Laura me recordara la primera enfermera que me atacara con unas tijeras), sino con una chispa celestial, cuando mi cerebro relacionó a Juan Escutia con el desmadre de La Victoria, y a Juan de la Barrera con la salud (yo practiqué judo en el gimnasio Juan de la Barrera, a un lado de la Alberca Olímpica).

Bajo los efectos de una verdadella y Barbarella botella de absentaella, vislumbré que en realidad los actos fallidos no existen, porque todos los actos son llevados a cabo por órdenes de un cerebro, obra maestra de la ingeniería natural, capaz de evaluar en micromillonésima de segundo la decisión más pertinente. Si se equivoca, el mismo cerebro trabaja buscando alternativas (cuya eficacia está garantizada por errores pasados).

Sin error, no habría complejidad ni evolución. Todo error está programado por la gran Esfera cuyo Centro está en Todas Partes y su Circunferencia en Ninguna.

El acto fallido es resultado de la tentación del cerebro por dejarse seducir por la fantasía, pero la fantasía tiene una utilidad biológica: aventurarse, para descubrir mejores opciones hacia el perfeccionamiento de su ingeniería natural.

“Ningún pájaro cae muerto del cielo si Dios no lo quiere”: La Torah.

Un taxi me dejó en la W a las once en punto y medio pedo. Medio recuerdo que Fedro Carlos Guillén dijo algo sobre un tal Martini Scorsese, que la Voz Misteriosa dijo que le latían las aceitunas y yo pedí más absentas pa’ brindar por los absentes.

Eso sí, grabé unas cápsulas del Profesor Sabelotona en plan actor’s studio; demenciales, vivenciales y chupensiales, i’ñor.

Y a web: Me equivoqué de Niño Héroe.

PD: ¿Ya cayó El JJ?

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